Tiemblo, una escalera infinita se tiende bajo mis pies, los escalones son planos salvo el último, el que da el salto hacia el abismo, me estremezco y a ella la he despertado. Al abrir los ojos me encuentro con los suyos clavados en mi frente, donde varios puntos brillantes por el acopio de la luz lunar, reflejan temores. Me seca.
Tiemblo, esa escalera ahora está llena de peldaños, a medida que desciendo se van haciendo más profundos, me acelero en busca del siguiente sobre el que poner los dos pies para frenar su ritmo; el último existe pero inundado de agua, profundo; no quiero pisar en él y al evitarlo siento mi reflejo oscuro, como si mi cara viniera hacia mí. No está. Le… nada.
* Imágen: "Escalera", de Jesús Fopiani
3 comentarios:
que bonito
Me ha gustado muchísimo tu blog. Creo que tienes una ironía, una sorna -muy necesaria a veces- y una ternura que lo hacen magnífico.
Un cordial saludo.
Alena.Collar
Muchas gracias paprika, aunque yo no le pondría la catalogación de bonito, sino de pesadilla recurrente; como ya te dije, esta es tu casa.
Hola anónimo (Alena), bienvenida. Menos mal que vi tu comentario frente al espejo del salón (algún día hablaré sobre él), si no pensaría que hacías uso de la ironía. Un fuerte abrazo y muchas gracias por visitarnos.
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