15 de octubre de 2008

Un Estremecimiento

Tiemblo, me asusto y a mi lado ella tiembla también, no sé si por el estremecimiento que he provocado en la cama sobre la que flotamos a la intemperie de la noche o porque la transmisión de los sentidos es posible por la cercanía, por los sufrimientos comunes o preocupaciones. Se agita.


Tiemblo, una escalera infinita se tiende bajo mis pies, los escalones son planos salvo el último, el que da el salto hacia el abismo, me estremezco y a ella la he despertado. Al abrir los ojos me encuentro con los suyos clavados en mi frente, donde varios puntos brillantes por el acopio de la luz lunar, reflejan temores. Me seca.



Tiemblo, esa escalera ahora está llena de peldaños, a medida que desciendo se van haciendo más profundos, me acelero en busca del siguiente sobre el que poner los dos pies para frenar su ritmo; el último existe pero inundado de agua, profundo; no quiero pisar en él y al evitarlo siento mi reflejo oscuro, como si mi cara viniera hacia mí. No está. Le… nada.

* Imágen: "Escalera", de Jesús Fopiani

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que bonito

Anónimo dijo...

Me ha gustado muchísimo tu blog. Creo que tienes una ironía, una sorna -muy necesaria a veces- y una ternura que lo hacen magnífico.
Un cordial saludo.
Alena.Collar

Conrado Arranz dijo...

Muchas gracias paprika, aunque yo no le pondría la catalogación de bonito, sino de pesadilla recurrente; como ya te dije, esta es tu casa.
Hola anónimo (Alena), bienvenida. Menos mal que vi tu comentario frente al espejo del salón (algún día hablaré sobre él), si no pensaría que hacías uso de la ironía. Un fuerte abrazo y muchas gracias por visitarnos.

 
Add to Technorati Favorites
directorio de weblogs. bitadir