20 de octubre de 2008

Post Mortem

Por favor hablad MAL de mí cuando haya muerto.


Es una necesidad que tengo. Basta de días grises en los que cualquier declaración devuelve (o al menos eso creen) la vida a ilustres muertos que fueron desgraciados vivos, como cualquier ser humano. No me creo que, por ejemplo Walser, aceptara que hablaran de sus bondades o lindezas una vez sepultado por la nieve en acto voluntario de inconsciencia; tampoco que a Joseph Roth le hiciera gracia que destacaran su sensibilidad a la hora de emitir pensamientos puros en las múltiples ocasiones en las que se encontraba ebrio, paseando bajo los puentes del Sena en busca de algo en lo que engancharse y cometiendo tal vez las más bajas vejaciones hacia la vida y sus moradores; o sencillamente que Bohumil Hrabal, columpiándose en la ventana del sanatorio mientras pensaba el dolor que hacen unas alas al nacer en la espalda, cuya raíz se clava visceral en el espacio de las costillas, construyera a modo de hilo casto su vida durante la caída.


Yo autorizo, rubrico con mi propio puño y ruego (aunque ande harto de religiosidad), a los que me conocieron un día o a aquéllos que me intuyeron algún otro, que cuenten todos los defectos que un día abracé para intentar ser más humano, que descubran los caminos torcidos, la tercera orilla que los mantiene, los paseos por la negritud, justo después del alba, los efectos de amar no sólo a quién te va a facilitar la vida, la marea que provoca gritar en una playa atestada de veraneantes; el nado lento durante la noche, intentando alcanzar una plataforma alejada de la tierra, y escuchando las risas acumuladas del día que te van cansando los brazos.


Amigos, si sois tales, lincharme de sutilezas humanas, de errores creativos, de equivocados caminos y falsas esperanzas; eso me alejará de la tierra, dejando la humanidad para emprender un nuevo viaje.

Post Mortem, eso sí... que en vida necesito amor y tiempo para equivocarme.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo el mundo es bueno, en el cajón.Pero con esta reflexión humilde que haces, seguro que se paseará alguien alagandote.
No se podrá contener

Bárbara dijo...

Yo que te iba a insultar a petición tuya, hasta que he leído que no, que es después de muerto.
Estoy convencida de que nuestras virtudes se nutren de nuestros defectos, sin ellos no somos nada.
Me ha gustado el texto.
Por cierto, ¿de qué va el libro del sexo, los colores y el cianuro?

Conrado Arranz dijo...

Hola paprika, precisamente por eso no me gustan los halagos aunque (y en eso tienes razón) si que me gustan los alagos, tal vez en las profundidades encuentre algunas respuestas y me imagino lo lindo que sería sentirse alagado... pero por aguas cálidas que soy muy friolero (o friolento como dicen los mexicanos).

Aguas por ejemplo como las de Valencia, ¿verdad Bárbara? y no hablo de gota fría de la que guardo una muy mala experiencia una noche yendo a las fallas tal vez algún día escriba algo. Por cierto, recuérdame en tu memoria, acumula gran cantidad de improperios para luego poderlos verter en un blog post mortem al efecto (espero en ese caso que mi muerte sea asistida y que este país haya progresado). "Sexo, Colores y Cianuro" es una obra colectiva de cuatro autores jóvenes muy buenos e interesantes (yo el peor, la verdad, jaja) de la Asociación Colegial de Escritores de Madrid, en colaboración con la editorial edaf. Mi aportación son dos cuentos, no, tres cuentos. David y Twiggy también cultivan el mismo género, mientras que Mateo de Paz, nos brinda numerosos minicuentos que te sorprenderán. Pues eso es Sexo, Colores y Cianuro; yo creo que aporto algo de los colores (pese a las setas y a las escenas detrás del biombo). En cuanto a los míos, si estás interesada, mándame un email.

Anónimo dijo...

uuuuuuuffffffffffff. Pero con las alagas del mar te mineralizas que no veas. Y si encima se puede uno imaginar en una calita de Formentera .... Se puede morir uno en solitario silencio.

Un saludo

Miss Morpheus dijo...

Me encanta tu última frase. Esa es la que te hace más humano. Porque es cierto, parece que todo defecto o equivocación se desvanece con la vida... y en el recuerdo, nuestra imagen se muestra incompleta.

Un saludo.

Gracias por tu visita.

 
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