19 de diciembre de 2008

Perfil

De pequeño pinté una línea por la que poder caminar, era una línea que abarcaba cientos de folios en blanco y que de repente se vieron partidos en dos de forma asimétrica. Los primeros pasos no los recuerdo sino hasta los veintidós años cuando sobre esa línea encontré una mujer que me obligó, sin ella saberlo del todo, a mirar hacia abajo, pude ver que la línea estaba dibujada sobre un fondo blanco si bien a cientos de kilómetros de profundidad. Por eso, cuando ella se apartó para que yo pudiera seguir caminando, la línea adquirió un sentido ascendente que a la vez era un viaje al interior. Detrás quedaron estudios que me cualificaban como licenciado en Derecho, seminarios, ilusiones materiales, amores imposibles, trabajos vergonzantes, miseria humana que daba vueltas en círculo y que sigue asomando de vez en cuando; una serie de artificios que, como cantos lejanos, iban abandonando la línea que tracé, haciéndola cada vez más liviana y fina. Esa línea desaparecerá un día y será el momento de recoger los cientos de folios en blanco para recomponer, tras su costura, el libro vacío.

6 comentarios:

Bárbara dijo...

Es precioso. Como siempre, no he entendido nada, pero es precioso. ;)

Araceli Esteves dijo...

Hermoso relato, delicado como una línea pintada por un niño. Sonrío tras leer el comentario de Bárbara. Es verdad, a veces no es necesario entender para apreciar.

Anónimo dijo...

Opiní, Corrado: Siempre puedes usar la línea para emprender la primera doblez de la hoja y, luego, lanzarla al aire (siempre puede caer al lado de otro libro vacío).

Buen relato.

Conrado Arranz dijo...

Bárbara, no sé cómo tomármelo... siempre he pensado que la estética no debe esconder la semántica, jajaja. No obstante siempre me atrae también la inutilidad del arte... y su resistencia a todo.

el pasado que me espera, muchas gracias, creo que enseguida nos traslada a las esperanzas y anhelos que tenemos cada uno en el recorrido. Besos

alberto M, sí, a veces te cansa tan rectitud y reptitud, ya sea ascendente, descendente, trepadora y te apetece por qué no, hacer unas cuantas dobleces, construir un fanzine y reflexionar para tal vez seguir. Un abrazo.

ROSA ALIAGA dijo...

Me ha encantado y creo que lo he entendido...el libro no estará vacio

Conrado Arranz dijo...

gracias rosa, no son tantas las espinas... ¿o sí?

 
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